MI ULTIMO SUSPIRO
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MI ULTIMO SUSPIRO
por remus moody Dom Sep 20, 2009 9:13 pm
MI ÚLTIMO ALIENTO.
Mi pobre hijo. Siempre sufriendo.
Siguiendo los designios trazados por el mago más grande de todos los tiempos, para derrotar a aquel ser que nos destrozó la vida, aquel que nos arrebató de un latigazo de varita momentos felices, compartidos en familia.
Mi pobre hijo, valiente, desinteresado, fuerte, ágil, habilidoso en la magia, pero por sobretodo buena persona, estaba tratando de llegar al lugar donde nunca nadie ha llegado. Pero para lograrlo, deberá atravesar un camino lleno a reventar de obstáculos, de peligros. Y yo no puedo estar ahí para ayudarle; físicamente. Porque, en realidad, siempre estoy con él. Nunca lo abandoné; vivo en su esencia; yo y su mamá.
Ahora que veo todo con mucha más claridad, desde este mundo blanquecino, me percato de la difícil tarea que se le ha encomendado a Harry.
Harry Potter, el niño que sobrevivió.
Lo que nadie sabe, y lo que me dispongo a contarles ahora, es como fue que sucedió aquello. Lo recuerdo como si hubiera ocurrido ayer, aunque teóricamente, ya no tengo memoria; teóricamente, ya no tengo nada.
***************
Estaba feliz. Muy feliz. Mi esposa, mi hijo y yo vivíamos tranquilos en una casa hermosa, decorada con el mayor esfuerzo de mi amada. Y mis amigos, magos incorruptibles y fieles, nos visitaban de vez en cuando.
El día anterior a la tragedia lo viví con un mal presentimiento, como si algo malo estuviera a punto de ocurrir. Pero no le di importancia, estaba ocupado todo el tiempo con mi pequeño Harry.
Juntos jugábamos, saltábamos, hasta ya se empezaba a notar una gran magia en su interior; me di cuenta de eso cuando de repente, puso a volar al gato con el que estaba correteando. Desde ese día supe que se convertiría en un mago grandioso.
Lily estaba en la cocina cuando llegó. Al escuchar a mi esposa abrir la puerta, estuve alerta, preocupado. Pero luego me dije a mi mismo que nadie conocía la ubicación de su escondite, nadie en quien no confiara. Así que deduje que debía de ser alguno de mis amigos.
Y estaba en lo cierto.
Un mago bajito, regordete y con cara de rata, entró por el umbral de nuestra puerta. Llevaba puesta una túnica algo arrugada y algo sucia, como si hubiera estado en lugares en los que no debía. Pero no me preocupé por nada.
“Gus!” oí gritar a Lily. “Como estas? Vienes a ver a James? Debe de estar arriba, jugando con Harry. La verdad ya está un poco cansado del encierro. Tanto que no puede esperar a que Dumbledore le regrese su capa para hacerse invisible para poder salir a dar unas vueltas por el pueblo. Pero, pasa, pasa!”
Al escuchar de quién se trataba me puse contento, era cierto que no soportaba más estar encerrado en aquella casa por órdenes del Director de Hogwarts, pero sabía que era por nuestro propio bien.
Bajé deprisa las escaleras para recibir a Peter.
Lo encontré charlando en la cocina con Lily, quien preparaba unas tazas de té, y lo vi bastante… digamos… preocupado.
Conocía muy bien a quien en ese entonces era mi amigo, tenía una cara de susto característica, pero aquella mañana se había transformado; en cara de disculpas; disculpas que no bastarían para remediar lo que estaba a punto de hacer.
Charlamos muy animados durante horas, seguramente porque él ya sabía que iba a ser nuestra última charla, pero yo no me había dado cuenta de nada. ¡Qué ingenuo fui! Siempre confiando en las personas… creyendo que los amigos nunca te traicionan… Pero eso ahora ya no importa… Tenía amigos de verdad, que tratarían de vengarme…
La noche en que ocurrió, decidí relajarme totalmente con mi familia, en mi cuarto. Le dije a Lily que subiera la cena para poder comer todos juntos en nuestra habitación.
Comimos unas tarteletas de calabaza deliciosas que había preparado mi esposa y que Harry había tirado varias veces al piso.
Después de cenar, le traje a mi hijo una pequeña escoba, regalo de su padrino, para que volase y se distrajera un rato, pero como aún era muy chico, comenzó a tambalear y cuando despegó tumbó un florero que Petunia Evans le había mandado a su hermana para navidad. En eso Lily trajo una cámara y sacó una foto, para recordar aquel primer vuelo de nuestro amado Harry.
Luego de aquel episodio, bajé a dejar los platos en la pileta de la cocina, cuando siento algo en mi interior… algo que me decía que iba a suceder lo peor… dejé mi varita sin querer en la mesa y subí con mi esposa e hijo… a tratar de protegerlos de una fuerza oscura que se acercaba, pero a la cual no veía aún…
Implacable, invencible, inevitable, letal… se aproximaba la hora.
En el momento en que escuché abrirse la puerta trasera de la casa, grité a mi esposa: “¡Lily! ¡Es él! ¡Cuida de Harry yo lo detendré!”
Tonto, ¿cómo iba a poder detenerlo sin mi varita?.
Bajé las escaleras lo más rápidamente que mis piernas podían correr. Ahí estaba. Alto, de piel blanca y cara de serpiente. Se burló de mi antes de pronunciar las palabras que acabarían de una vez con todo mi ser.
********************
Desde aquella noche estoy aquí, tratando de ayudar a mi hijo; intentando darle fuerzas, viéndolo crecer al lado de amigos fieles e incondicionales, amigos que yo algún día tuve.
Espero que todo se soluciones pronto; mientras sigo aguardando el momento en que caiga el mago al cuál odio más que a la propia muerte, me arrepiento de no haber podido hacer nada mas; cuando di mi último suspiro.
Mi pobre hijo. Siempre sufriendo.
Siguiendo los designios trazados por el mago más grande de todos los tiempos, para derrotar a aquel ser que nos destrozó la vida, aquel que nos arrebató de un latigazo de varita momentos felices, compartidos en familia.
Mi pobre hijo, valiente, desinteresado, fuerte, ágil, habilidoso en la magia, pero por sobretodo buena persona, estaba tratando de llegar al lugar donde nunca nadie ha llegado. Pero para lograrlo, deberá atravesar un camino lleno a reventar de obstáculos, de peligros. Y yo no puedo estar ahí para ayudarle; físicamente. Porque, en realidad, siempre estoy con él. Nunca lo abandoné; vivo en su esencia; yo y su mamá.
Ahora que veo todo con mucha más claridad, desde este mundo blanquecino, me percato de la difícil tarea que se le ha encomendado a Harry.
Harry Potter, el niño que sobrevivió.
Lo que nadie sabe, y lo que me dispongo a contarles ahora, es como fue que sucedió aquello. Lo recuerdo como si hubiera ocurrido ayer, aunque teóricamente, ya no tengo memoria; teóricamente, ya no tengo nada.
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Estaba feliz. Muy feliz. Mi esposa, mi hijo y yo vivíamos tranquilos en una casa hermosa, decorada con el mayor esfuerzo de mi amada. Y mis amigos, magos incorruptibles y fieles, nos visitaban de vez en cuando.
El día anterior a la tragedia lo viví con un mal presentimiento, como si algo malo estuviera a punto de ocurrir. Pero no le di importancia, estaba ocupado todo el tiempo con mi pequeño Harry.
Juntos jugábamos, saltábamos, hasta ya se empezaba a notar una gran magia en su interior; me di cuenta de eso cuando de repente, puso a volar al gato con el que estaba correteando. Desde ese día supe que se convertiría en un mago grandioso.
Lily estaba en la cocina cuando llegó. Al escuchar a mi esposa abrir la puerta, estuve alerta, preocupado. Pero luego me dije a mi mismo que nadie conocía la ubicación de su escondite, nadie en quien no confiara. Así que deduje que debía de ser alguno de mis amigos.
Y estaba en lo cierto.
Un mago bajito, regordete y con cara de rata, entró por el umbral de nuestra puerta. Llevaba puesta una túnica algo arrugada y algo sucia, como si hubiera estado en lugares en los que no debía. Pero no me preocupé por nada.
“Gus!” oí gritar a Lily. “Como estas? Vienes a ver a James? Debe de estar arriba, jugando con Harry. La verdad ya está un poco cansado del encierro. Tanto que no puede esperar a que Dumbledore le regrese su capa para hacerse invisible para poder salir a dar unas vueltas por el pueblo. Pero, pasa, pasa!”
Al escuchar de quién se trataba me puse contento, era cierto que no soportaba más estar encerrado en aquella casa por órdenes del Director de Hogwarts, pero sabía que era por nuestro propio bien.
Bajé deprisa las escaleras para recibir a Peter.
Lo encontré charlando en la cocina con Lily, quien preparaba unas tazas de té, y lo vi bastante… digamos… preocupado.
Conocía muy bien a quien en ese entonces era mi amigo, tenía una cara de susto característica, pero aquella mañana se había transformado; en cara de disculpas; disculpas que no bastarían para remediar lo que estaba a punto de hacer.
Charlamos muy animados durante horas, seguramente porque él ya sabía que iba a ser nuestra última charla, pero yo no me había dado cuenta de nada. ¡Qué ingenuo fui! Siempre confiando en las personas… creyendo que los amigos nunca te traicionan… Pero eso ahora ya no importa… Tenía amigos de verdad, que tratarían de vengarme…
La noche en que ocurrió, decidí relajarme totalmente con mi familia, en mi cuarto. Le dije a Lily que subiera la cena para poder comer todos juntos en nuestra habitación.
Comimos unas tarteletas de calabaza deliciosas que había preparado mi esposa y que Harry había tirado varias veces al piso.
Después de cenar, le traje a mi hijo una pequeña escoba, regalo de su padrino, para que volase y se distrajera un rato, pero como aún era muy chico, comenzó a tambalear y cuando despegó tumbó un florero que Petunia Evans le había mandado a su hermana para navidad. En eso Lily trajo una cámara y sacó una foto, para recordar aquel primer vuelo de nuestro amado Harry.
Luego de aquel episodio, bajé a dejar los platos en la pileta de la cocina, cuando siento algo en mi interior… algo que me decía que iba a suceder lo peor… dejé mi varita sin querer en la mesa y subí con mi esposa e hijo… a tratar de protegerlos de una fuerza oscura que se acercaba, pero a la cual no veía aún…
Implacable, invencible, inevitable, letal… se aproximaba la hora.
En el momento en que escuché abrirse la puerta trasera de la casa, grité a mi esposa: “¡Lily! ¡Es él! ¡Cuida de Harry yo lo detendré!”
Tonto, ¿cómo iba a poder detenerlo sin mi varita?.
Bajé las escaleras lo más rápidamente que mis piernas podían correr. Ahí estaba. Alto, de piel blanca y cara de serpiente. Se burló de mi antes de pronunciar las palabras que acabarían de una vez con todo mi ser.
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Desde aquella noche estoy aquí, tratando de ayudar a mi hijo; intentando darle fuerzas, viéndolo crecer al lado de amigos fieles e incondicionales, amigos que yo algún día tuve.
Espero que todo se soluciones pronto; mientras sigo aguardando el momento en que caiga el mago al cuál odio más que a la propia muerte, me arrepiento de no haber podido hacer nada mas; cuando di mi último suspiro.
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Re: MI ULTIMO SUSPIRO
por remus moody Dom Sep 20, 2009 9:15 pm
hola chicos!! jaja por las dudas.. hay un error mio en el titulo.. jeje el original es "mi ultimo suspiro" pero como no sabia cual ponerle, al final me termine confundiendo.. :S
disculpen..
y espero que les guste mi fic..
Remus..
disculpen..
y espero que les guste mi fic..
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Re: MI ULTIMO SUSPIRO
por francisco91 Dom Sep 20, 2009 11:17 pm
esta bueno o.o me da escalosfrios u.u cuando pienso u.u
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Re: MI ULTIMO SUSPIRO
por Hermione Delacour Lun Sep 21, 2009 3:39 am
felicitaciones primo!!! 
muuy bueno!! me encanto!!
jajaj
suertee!!
muuy bueno!! me encanto!!
jajaj
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Re: MI ULTIMO SUSPIRO
por alezebriss Lun Sep 21, 2009 4:04 am
remus tu sabes ke te adoro esta muuy bueno el fic y perdon x no despedirme b de ti... es solo ke mi ppa llego -.-
te mando un abreazo
Ale
errores de ddo
te mando un abreazo
Ale
errores de ddo
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Re: MI ULTIMO SUSPIRO
por remus moody Lun Sep 21, 2009 5:22 am
jaja!! gracias alee!!! tkm!! nos vemos!!!
besoss!!!
Remus.. tu bro...
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